domingo, 18 de junio de 2017

El incendio de la Grenfell Tower: ¿un Pruitt-Igoe postmoderno?
Por Marcelo Corti
Con especial agradecimiento a Daniel Kozak por sus referencias sobre "el mito Pruitt-Igoe".

Años más tarde, del lado activo del pabellón de fusilamiento, el crítico Charles Jerks recordaría aquella tarde de 1972 en que un pabellón de vivienda social del complejo Pruitt-Igoe en St Louis, Missouri, fue dinamitado y fijaría (con un error de un año) la fecha de muerte del Movimiento Moderno en la Arquitectura.


Tan arbitrariamente como en toda operación de construcción simbólica, el incendio de la Grenfell Tower en North Kensington se ha convertido rápidamente en un Pruitt-Igoe de sentido contrario: el 14 de junio de 2017, casi medio siglo después de la fecha que el forense Jencks puso al deceso de la modernidad urbanística, las llamas de la torre londinense han herido (¿de muerte?) al Postmodernismo. No específicamente a su versión original arquitectónica sino el aura ideológico más amplio que acompañó el derrumbe del Estado de Bienestar a partir de los años ochenta, con el gobierno de Margaret Thatcher en el Reino Unido como uno de sus emblemas. 


Esteticismo vacío en los revestimientos de aluminio con baja capacidad de respuesta al fuego utilizados para recubrir la "fea vista" original de la torre; desregulación de los requisitos anti-incendio para proteger las ganancias de los contratistas privados; desmantelamiento de los cuerpos oficiales de bomberos como parte del achicamiento y "racionalización" del Estado; insensibilidad social frente a los derechos del sector más desprotegido de la población... Todo el arsenal ideológico que encendió la mecha de Grenfell Tower está expuesto simbólicamente a las mismas llamas en la inmediata reacción que la tragedia ha generado, muy sustentada además en el envión generado por la buena actuación de Jeremy Corbyn en las elecciones parlamentarias que precedieron en pocos días al incendio.
Esta operación simbólica tiene rasgos propios de la época: inmediatez y protagonismo colectivo. No es un crítico avispado el que construye la metáfora tras el paso del tiempo y en la comodidad de su despacho. El fuego se expande en tiempo real, al calor de los trending topics y estimulado por miles de actores que, desde el anonimato o el prestigio académico o político, construyen y difunden la lectura ideológica del siniestro.
MC

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